Herramientas: 1 libro, 1 niño o niña sin sueño, 1 cama, 1 silla/sillón confortable.
Dificultad: Después de leer esto, ninguna.
Estudios científicos han constatado que una vez bañado y cenado, el sujeto conocido como “niño” o “niña” se precipita en un estado laxo y semiletárgico. Pero el sueño está lejano, y necesitan un buen viaje por una pradera, cabalgar a lomos de un dragón de buen tamaño o viajar hasta las estrellas en un cohete de hielo para dormirse como los angelotes que son (o deberían ser). Afortunadamente te has armado con un libro que te permitirá hacerles pasar por todos esos trámites. Lo abres. Lo hojeas. ¿Te crees capaz de captar su atención? ¿Eres el narrador o narradora que necesita para llevarle a esos lugares? Aparca tus años, saca un hada de la garganta y sigue estos 4 sencillos pasos:
